Eso sí, tenga presente la diferencia entre reparar y revisar
Existe toda una gama de reparaciones y revisiones que resultan elementales para el buen funcionamiento de cualquier vehículo y que eventualmente las puede realizar usted mismo.
Ahora bien, es importante aclarar que se debe diferenciar entre reparar y revisar. En el primer caso es uno mismo quien realiza la operación correctiva, mientras que en el segundo solo revisa para luego dejar el caso en manos de un profesional.
Algunas de esas tareas sencillas son la revisión del líquido de los frenos, el enfriador del radiador, el líquido de la batería, el nivel del aceite, la presión de las llantas y la revisión de las luces, entre otras.
El motor
Es necesario tener en cuenta que el motor debe estar siempre afinado para que tenga un desempeño óptimo y permita el ahorro de combustible.
Por eso, usted mismo puede verificar y reponer los niveles de aceite, líquido de refrigeración, fluido de freno y electrolito de la batería.
Por su parte, el filtro de aire se debe cambiar cada 20.000 kilómetros.
Una revisión semanal a los cables de las candelas no está de más, pues con los huecos (que abundan en las calles de Costa Rica) se van aflojando.
Usted también puede verificar que las fajas del alternador y el compresor del aire acondicionado se encuentren en buenas condiciones.
Si el vehículo es nuevo debe darle su primera revisión general a los 1.500 kilómetros. Le hablamos del cambio de aceite (de motor, caja, transmisión, liga de frenos). A los seis meses hay que revisar los filtros y las candelas, y al año darle un mantenimiento general de frenos, fajas y mangueras. Las demás revisiones se harán cada tres o seis meses.
El aceite
El cambio de aceite y filtro de motor constante es algo que puede ayudarle a prolongar la vida de su automóvil. Sin embargo, pese a que solo basta con ir a un centro de lubricado, muchas personas lo olvidan o simplemente no le dan importancia.
También es importante acotar que los lubricantes dentro de los motores de combustión interna funcionan bajo condiciones severas y están expuestos a grandes cambios de temperatura. Además, recogen los residuos dañinos que se encuentran en el ambiente interno del motor.
Entonces, es importante tener en cuenta lo recomendable que es el cambio del aceite y el filtro. Si utilizan aceites monogrados o multigrados, este debe de hacerse cada 5.000 kilómetros. Si se utilizan aceites sintéticos, se recomienda cada 15.000 kilómetros y un cambio de filtro cada 5.000 kilómetros.
Además, hay que reponer la cantidad de aceite perdido en esta última tarea, que por lo común es de unos 0,3 litros.
La batería
La batería o acumulador es la encargada de suministrar la electricidad al sistema de arranque del automóvil. También es la que alimenta el equipo eléctrico cuando este no tiene suficiente con la energía que es capaz de generar el motor por medio del alternador.
Su funcionamiento es como el de una pila recargable que vuelve a tomar fuerza por medio del sistema de recarga del vehículo en marcha.
Algunas baterías tienden a formar un óxido blancuzco en los bordes de sus conectores. Este material puede llegar a interrumpir el contacto con los cable y no permitir que la energía fluya.
En estos casos basta con soltar los contactos y lavarlos con agua carbonatada o con una mezcla de agua y bicarbonato de sodio. Esta tarea puede hacerse con un cepillo de cerdas metálicas blandas y luego se vuelve a ajustar los contactos. Haga uno a la vez.
Frenos y llantas
La excesiva carga del vehículo incide directamente en el desgaste de los frenos. Si usted ha notado que su auto no frena bien, es señal que las pastillas o las zapatas no están en buen estado y corre el riesgo de sufrir un accidente.
Asimismo, periódicamente usted debe controlar la presión de las llantas, la cual debe estar dentro de lo que indica el fabricante (entre 28 y 32 libras). Esta operación se debe realizar cada dos semanas y cuando las llantas estén frías, y se debe de revisar que no presenten desgastes acentuados u otros defectos.
Los expertos recomiendan rotar las llantas cada 10.000 kilómetros para impedir que las partes que tocan el suelo se gasten irregularmente.
El cambio lo debe realizar cuando dos o más franjas transversales de desgaste adyacente aparezcan. Esta tarea la puede hacer usted mismo, pero es cansado y tedioso; así que se recomienda ir a un centro de servicio.
Luces y fusibles
Si existe una tarea sencilla de hacer es la de cambiar las luces. Conviene revisar con frecuencia el estado de todas las luces del carro.
Esta inspección no toma ni cinco minutos y puede ser la diferencia entre poder ver mejor la ruta en la oscuridad y la de sufrir un accidente por baja visibilidad.
Se deben revisar los focos delanteros en sus modos de luz corta y larga; las direccionales; las de freno y las de reversa. Si una de ellas está quemada, hay que reemplazarla.
Esta tarea es sumamente sencilla y solo se debe contar con un desatornillador y una caja de luces nuevas para hacer el cambio.
En cuanto a los fusibles, siempre es conveniente contar con una caja nueva para cambiar aquellos que se queman.
Cuando algún dispositivo eléctrico no funciona puede deberse a un fusible fundido. En este caso basta con cambiarlo para que todo vuelva a la normalidad.
Ahora bien, si una vez que se ha reemplazado se vuelve a quemar casi de inmediato o muy pronto, puede que se trate de un corto circuito en el sistema eléctrico del automóvil, el cual debe ser revisado por un profesional.
En resumen, existe toda una serie de tareas correctivas y preventivas que usted mismo puede hacer. No siempre va a lograr solucionar el problema por usted mismo, pero puede localizar los daños y hacérselos ver a su mecánico.
Total, nadie conoce mejor su vehículo que usted.
Fuente www.elfinancierocr.com
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